Artículos sobre ciencia y tecnología de Mauricio-José Schwarz publicados originalmente en El Correo y otros diarios del Grupo Vocento

La Web 2.0

Nerd
La Web 2.0 no es sólo asunto de jóvenes
(Foto CC de Archiboldian,
vía Wikimedia Commons
Las empresas hoy entienden y utilizan mejor la Web, y los usuarios la emplean eficazmente para ser actores de la comunicación y la información, una nueva forma de ver la World Wide Web.

Si usted es un experimentado internauta y tiene cuentas en Facebook, YouTube o Twitter, seguramente escucha hablar diariamente sobre la Web 2.0, la tecnología 2.0, el marketing 2.0 y una serie de cosas que de pronto adquieren una dimensión distinta cuando se les añade ese 2.0 que evoca la idea de una “nueva versión” de la Web, de la World Wide Web o red a nivel mundial que inventó hace 20 años Tim Berners-Lee en la Organización Europea para la Investigación Nuclear, CERN.

El informático británico propuso la idea del hipertexto o enlaces en el propio texto para facilitar a los investigadores el compartir y actualizar la información en esa poderosa organización científica. La primera propuesta se presentó en marzo de 1989, de modo que la idea de la WWW o Web está cumpliendo su vigésimo aniversario, aunque el primer sitio Web del CERN se puso en línea el 6 de agosto de 1991.

En 1994, Tim Berners-Lee fundó el consorcio de la World Wide Web (W3C), y regaló al mundo la patente de su creación para que Internet fuera asunto de todos. El W3C está formado por varias empresas dispuestas a crear estándares y recomendaciones para mejorar la Web, y ha decidido que todos los estándares que use la red (como los protocolos de comunicación, o la descripción de los lenguajes HTML o XML en que se basa) sean tecnología libre de derechos de autor, para que puedan ser adoptados fácilmente por cualquier persona, grupo u organización.

Pero la Web 2.0 no es una nueva versión de la Web original. Es la misma Web, con la misma tecnología, sin la revolución en características y funcionalidad que solemos atribuir a un cambio de versión de cualquier software. Lo que ha cambiado, y de lo que el mundo se hizo consciente más o menos desde la Primera Conferencia de la Web 2.0 llevada a cabo en 2004 en la ciudad de San Francisco es el desarrollo y diseño para la Web. Se trata de un cambio de actitud hacia la red mundial por parte de desarrolladores y público que tiene por objeto facilitar la comunicación, asegurar los procesos de compartición de la información, la interoperabilidad y la colaboración.

La idea del “2.0” implicaba, ante todo, el regreso de las empresas a la explotación comercial de Internet, pero utilizando la red como plataforma y tratando de entenderla para jugar con sus reglas en vez de tratar de imponerle las de otros espacios. Esto era realmente una nueva etapa después del desastre de las empresas”punto com”, donde a veces sin un producto o servicio real se hicieron y deshicieron fortunas hasta que la burbuja estalló en 2001. Pasada la fiebre de oro del primer intento de negocios en la Web, había otra visión, más serena y, se espera, más inteligente.

Un ejemplo muy claro del significado de la Web 2.0 son las aplicaciones o programas a los que se accede directamente por medio de la Web, como serían el procesador de texto y la hoja de cálculo que ha puesto a disposición de los usuarios el buscador Google, y que puede usar cualquier persona sin tener que descargar, instalar y activar el procesador de texto en su propio ordenador. Ésta podría ser una forma de comercialización de programas en el futuro: adquirimos una suscripción a la aplicación y accedemos a ella mediante contraseña como accedemos a distintas páginas exclusivas, sólo para miembros; cuando se actualiza la aplicación, nosotros no tendríamos que reinstalarla en nuestra máquina, ahorrándonos muchos de los problemas de compatibilidad que hoy todavía afloran entre el software y el hardware.

En la Web 2.0, los usuarios no sólo recopilan información, pueden aportarla y poseerla, llevando a nuevos límites la idea de la interactividad del usuario con el medio y, sobre todo, con otros usuarios. La participación activa del usuario ha hecho que algunos expertos consideren que, desde el punto de vista del ciudadano común, lésta es la “Web participativa”.

En ningún lugar es tan clara la participación como en los llamados “wikis”, páginas en las que cualquiera puede añadir información utilizando un lenguaje de marcado simplificado respecto de los más elaborados como el HTML. Sin ser ni la única ni la primera Web “wiki”, la más famosa y relevante es, sin duda, la Wikipedia, una enciclopedia colaborativa en más de 90 idiomas. Desde su lanzamiento en enero de 2001 hoy contiene un total de 12 millones de entradas aportadas por voluntarios de todo el mundo y en todos los idiomas (casi 3 millones de ellas sólo en inglés), y es la obra de referencia más popular de Internet.

Donde los medios han prestado más atención a Internet en los últimos tiempos es en las llamadas “redes sociales”, que son otro de los distintivos de la Web 2.0. Hoy en día, es inevitable referirse a sitios en los que el contenido es aportado en su totalidad por los usuarios, como ocurre con los vídeos de YouTube, los textos de innumerables blogs de todas las temáticas en todos los idiomas o las fotografías de Flickr, los podcasts de audio o vídeo y la sindicación vía RSS. Cada vez más personas, además, pertenecen a redes como Facebook de carácter general, o a otras más especializadas como LinkedIn, dedicada a relaciones profesionales, Tuenti, orientada al público más joven o Hi5.

El fenómeno más reciente a la fecha que ha adquirido especial importancia es el llamado “microblogging”, que se realiza en la red de comunicación Twitter, donde uno puede poner cualquier mensaje... con un límite de 140 caracteres que es precisamente el límite de los mensajes SMS de los móviles. Millones de personas escriben allí, en 140 caracteres, desde las más inanes banalidades hasta enlaces interesantes, noticias frescas e información relevante.

Además de ser cualquier otra cosa, la Web 2.0 es el primer paso de madurez de la red al cumplir sus 20 años, algo más que un juego, un verdadero proyecto para vivir, convivir y trabajar con cualquier otra persona sin importar dónde se encuentre, liberándonos de los ordenadores estorbosos para sustituirlos por dispositivos móviles, desde las miniPC hasta los teléfonos inteligentes, que nos permitan llevar la Web a todas partes no por capricho, sino porque parte de nuestra vida real cada vez más se llevará a cabo dentro de la red, para bien o para mal.

Gobierno 2.0

Es la iniciativa de la Web 2.0 aplicada a una relación más estrecha entre los ciudadanos y sus instituciones gubernamentales, creando por primera vez la posibilidad de una comunicación en dos vías que sustituya a la unilateral prevalente en todas las modalidades gubernamentales del mundo. Los más entusiastas se atreven a creer que es el primer paso para una verdadera democracia participativa más eficaz que la meramente representativa.

El estrés: más que una incomodidad


Los efectos físicos del exceso de tensión que llamamos estrés pueden ser graves en tal medida que pongan en peligro nuestra vida, y según los estudiosos del estrés, enfrentarlo es más fácil de lo que creemos.

El estrés es una de las posibles causas de muchos síntomas físicos que podemos padecer y cuyo origen no se descubre fácilmente: dolores de cabeza, de espalda y del pecho, afecciones cardiacas, arritmia, alta tensión arterial, disminución en la respuesta inmune del cuerpo (lo que algunos llaman “bajas defensas”), problemas digestivos y problemas del sueño.

A esto se deben añadir problemas de conducta que también pueden estar relacionados con el estrés, como comer en exceso o demasiado poco, los estallidos de ira, el abuso del alcohol o las drogas, fumar más, aislarse socialmente, llorar sin motivo aparente y, por supuesto, los conflictos en nuestras relaciones interpersonales, con familia, amigos y pareja.

Existen incluso métodos para tratar de medir objetivamente los acontecimientos estresantes de nuestra vida, entre ellos la escala del estrés de Holmes y Rahe, que a partir de estudios con pacientes probaron que los acontecimientos vitales que los pacientes consideraban estresantes coincidían de modo significativo con algunas enfermedades. Esta escala va desde acontecimientos poco estresantes como una multa de tráfico hasta los más estresantes, como la muerte de la pareja. Sumando la puntuación de los acontecimientos que causan estrés, podemos saber qué riesgo de enfermedad corremos.

Hoy en día, los estudios científicos han demostrado efectos del estrés que ya había entrevisto la cultura popular: el grano que aparece antes de una importante actividad social, la caída del cabello o incluso la velocidad a la cual nuestro cabello encanece, tienen explicación en el estrés. Los altos niveles de cortisol cuando sufrimos estrés aumentan la producción de grasa en la piel, facilitando la aparición del acné, mientras que en condiciones de tensión nuestro cuerpo puede prescindir del cabello con objeto de concentrar sus fuerzas en la lucha contra la causa del estrés.

No entender correctamente el estrés puede llevar a diagnósticos incorrectos y tratamientos ineficientes, especialmente entre llamadas “medicinas” alternativas que funcionan principalmente en un mundo subjetivo. Así, por ejemplo, la palabra estrés suele asociarse a los aspectos negativos de la vida moderna como una consecuencia inevitable de un mundo que nos ofrece, del lado positivo, avances tecnológicos, una vida más larga y de mejor calidad, comodidades y entretenimiento más allá de lo que nunca hubieran podido imaginar nuestros ancestros de hace apenas 200 años.

Condenar a la vida moderna no es una solución incluso si estuviéramos dispuestos a abandonarla, retirarnos a vivir comiendo hierbas en el Amazonas, dejar el trabajo y arriesgarnos a morir por sufrir infecciones, lesiones y enfermedades sin cuidado médico. Y es que el estrés, nos dicen los médicos, no es una conclusión inevitable de la vida moderna, ni exclusivo de este tiempo. El estrés es producto de una relación conflictiva entre el mundo exterior y nosotros.

De hecho, el estrés, según algunos autores no es sino la reacción ante el Síndrome General de Adaptación (SGA), que incluye la alerta al estímulo amenazante que dispara la decisión de “lucha o huida”. ¿Debe el organismo luchar para salvar la vida? ¿Es mejor huir para conseguirlo? Incluye también la etapa de resistencia, cuando el fenómeno estresante persiste, creando un conflicto continuo, y finalmente el agotamiento, cuando los recursos del cuerpo para enfrentar al fenómeno estresante se agotan y el sistema inmune se descompensa.

Esto implica una serie de procesos cerebrales que están bien identificados, desde la respuesta inicial que implica una descarga de adrenalina que nos pone en estado de alerta, hasta las reacciones del hipotálamo y la glándula pituitaria y una variedad de nuestros circuitos neurológicos entran en acción para resolver el conflicto que se nos presenta. Es una reacción natural y saludable ante el estrés.

Para los seres humanos, la “lucha” puede ser empeñar más tiempo y esfuerzo en el trabajo o en alguna otra actividad, como las deportivas, o preocuparse más por tener una buena imagen profesional, o estudiar una carrera u oficio, mientras que la “huida” puede ser desde la dimisión del empleo hasta el divorcio de la pareja. En todo caso, el reflejo “lucha o huida” no es forzosamente malo, nos plantea desafíos e incluso participa en diversiones o actividades que provocan la descarga de adrenalina en nuestro torrente sanguíneo, como las atracciones de feria y la participación en deportes de competición. Es decir, el estrés puede ser positivo y sólo es negativo cuando avanza hasta la tercera fase.

Con este concepto, cualquiera puede sufrir estrés, incluso un mítico pastor que supervisa a su rebaño mientras sopla una flauta de carrizo en un paisaje utópico. La aparición de una manada de lobos en la zona, la caída de los precios del mercado de corderos, las tensiones con la pareja, el hijo rebelde o una plaga que afecte los pastos pueden generarle un nivel de estrés similar al del igualmente mítico oficinista atrapado en las redes de la administración y el miedo al paro.

Pero así como su origen se puede explicar fácilmente, manejarlo es algo totalmente distinto. Distintas técnicas de relajación, que incluyen el yoga, el tai-chi o la meditación (sin necesidad de los aspectos místicos o religiosos de estas prácticas), el ejercicio, los pasatiempos, la resolución de los conflictos, la administración del tiempo y otras opciones se enumeran frecuentemente como formas de manejar o gestionar adecuadamente el estrés, sobre todo cuando no depende de nosotros eliminar sus causas. La pertenencia a redes sociales, como clubes, asociaciones o grupos de actividades es también un elemento que ayuda a manejar el estrés.

Pero quizá la práctica esencial está en nosotros mismos, en no tratar de ser perfectos ni desvivirnos por responder a las expectativas que otros tienen sobre nosotros, ser realistas y, cuando la tensión sube, hacer un poco más de ejercicio relajado y frecuente.


El origen de la palabra


El término “stress”, que significa tensión o fatiga de los materiales, fue utilizado por primera vez en 1930 por el endocrinólogo canadiense Hans Selye para denotar a las respuestas fisiológicas en los animales de laboratorio. Más adelante, amplió y popularizó el concepto incluyendo en él las percepciones y respuestas de los seres humanos al tratar de adaptarse a los desafíos de la vida diaria. El término se extendió a partir de la década de 1950 y, retomado por la psicología en la década de 1960, llegó al español donde se ha castellanizado en su forma “estrés”.


Una nueva prehistoria


El creciente conocimiento que tenemos de los dinosaurios nos obliga a replantearnos cuanto imaginamos sobre los millones de años en que fueron la forma predominante de vida en la Tierra.

Desde hace miles de años, el ser humano se ha encontrado con huesos petrificados procedentes de seres gigantescos y misteriosos. En la antigua China se les consideraba restos de dragones, e incluso acabaron siendo parte de la farmacopea tradicional, los “huesos de dragón” que hasta la actualidad forman parte de la medicina precientífica china. Hay evidencias de hallazgos de fósiles de dinosaurios en hitos babilónicos, mosaicos romanos, mortajas egipcias y sellos de gobierno.

Los mismos hallazgos en la Europa cristiana se atribuyeron a seres que habían muerto a consecuencia del Diluvio Universal, pese a que según la Biblia, todos los animales habían sido salvados, por parejas, en el arca de Noé.

No fue sino hasta principios del siglo XIX cuando una aproximación científica llevó a los inicios de una comprensión real sobre el significado de estos huesos petrificados. William Buckland se ocupó de reunir huesos de megalosaurios y fue el primero en describir un dinosaurio en términos objetivos y científicos. Pero no sería sino hasta 1842 cuando el paleontólogo inglés Richard Owen creó la palabra “dinosaurio”, que significa “lagarto terrible”, para designar el parentesco entre los distintos animales cuyos fósiles se habían estudiado hasta entonces.

Las primeras reconstrucciones de dinosaurios que se pudieron ver mostraban una muy imprecisa concepción de los animales y de la forma en que se articulaban sus esqueletos. Dinosaurios que después se demostró que eran bípedos se presentaron extrañamente colocados a cuatro patas, o con cuernos o protuberancias que no se justificaban. Era apenas el amanecer de la paleontología, y hubo errores normales que hoy nos parecen absurdos. Precisamente, la aparición del primer esqueleto de dinosaurio casi completo en América, el de un hadrosaurio hallado en Nueva Jersey, dejó claro que algunos de estos seres eran bípedos, sorpresa similar a las que, ya a fines del siglo XX, ofrecieron los descubrimientos de dinosaurios con plumas y de sangre caliente.

Una vez que los científicos supieron qué tipo de objetos buscar, y en qué capas geológicas, se desató una historia incesante de nuevos descubrimientos en todos los continentes, incluida la Antártida. Y así, se ha ido armando, poco a poco, el puzzle de los dinosaurios.

Cuando hablamos de una forma de vida que se originó hace 230 millones de años y dominó la tierra hasta su desaparición hace 65 millones de años, la diversidad de los dinosaurios es enorme. Cuando surgieron, no había plantas con flores, lo que significa que aún no había evolucionado la mayoría de los árboles y arbustos que existen en la actualidad. Los continentes estaban unidos en una gran masa terrestre llamada Pangea, cuya zona central estaba dominada por un vasto desierto.

A lo largo de sus 165 millones de años de existencia, los dinosaurios cambiaron y evolucionaron junto con la vida vegetal, pero también reaccionando a los poderosos cambios geológicos que los separaron, promoviendo el surgimiento de nuevas especies que ocuparon prácticamente todos los nichos ecológicos, como en gran medida lo hacen los “recién llegados” del planeta, los mamíferos, la clase a la que nosotros pertenecemos.

Tan sólo en el último mes se pueden contabilizar varios descubrimientos notables. El dinosaurio con plumas más antiguo fue encontrado en China, se trata de un ser que vivió hace unos 144 millones de años y muestra claras protoplumas derivadas de sus escamas, y al que se bautizó como Tianyulong confuciusi, y que probablemente obligará a los estudiosos a replantearse cuándo aparecieron las plumas entre los dinosaurios, originando la estirpe de las aves, que desde hace apenas tres décadas se consideran parte de la clase de los dinosaurios. También en estos días se ha hallado el más pequeño de todos los dinosaurios del continente americano. El llamado Hesperonychus elizabethae fue una delicada y ágil criatura bípeda de apenas unos 2 kilos de peso y una altura de 50 centímetros que vivió hace 75 millones de años y cazaba insectos, pequeños mamíferos y otras presas.

En el otro extremo, científicos noruegos y estadounidenses informaron del hallazgo del llamado "Depredador X", aún sin nombre científico, un ser oceánico de más de 15 metros de largo y 45 toneladas de peso que campó por los mares hace 147 millones de años. El fósil de este enorme depredador con cuatro aletas fue hallado bajo el permafrost en Svalbard, en el Ártico al norte de Noruega. Y en febrero, en la Costa de los Dinosaurios de Asturias, se recuperó la mayor huella o icnita encontrada hasta ahora de un estegosaurio, animal que vivió hace unos 150 millones de años.

Con los nuevos descubrimientos vienen siempre nuevas teorías, que acotan, modifican, confirman o redefinen lo que se sabía hasta ese momento, en el proceso de continuo desarrollo de la ciencia, que poco a poco va desgranando conocimientos de las suposiciones y las evidencias encontradas.

Así, el colosal tamaño de algunos dinosaurios se explica como una adaptación que evita que el animal se convierta en presa y pueda defenderse mejor. Así, como en el caso de los elefantes o las ballenas actuales, los grandes dinosaurios de la familia de los saurópodos no tenían enemigos naturales. Esto se entiende viendo al mayor dinosaurio conocido, el argentinosaurus, un gigante cuadrúpedo de hace 100 millones de años, con 35 metros de largo y un peso de 80 toneladas. Para igualar la masa de este miembro de la familia de los saurópodos, con gran cuerpo, alargado cuello y diminuta cabeza, se necesitarían unos 20 grandes elefantes africanos adultos machos.

En España, la búsqueda de dinosaurios está en plena efervescencia. Desde el norte asturiano, donde los cambios de la línea costera continuamente revelan restos importantes, hasta las huellas que se pueden hallar en La Rioja y Soria, o el colosal yacimiento paleontológico  en Cuenca, descubierto durante las obras del AVE y que data del cretácico superior, hace unos 80 millones de años, una época de la que existen muy pocos restos en Europa. Así, la prehistoria de esa época será, en gran medida, escrita por la paleontología española.


La extinción


La más aceptada teoría sobre la extinción de los dinosaurios la atribuye a un “invierno por impacto” ocasionado por el choque de un meteorito de 10km de diámetro en la península de Yucatán, en México. Sin embargo, un grupo de científicos cree haber reunido evidencia geológica según la cual el meteorito de Chicxulub es mucho más antiguo de lo que se suponía, por lo que sería necesaria otra teoría nueva y más completa, probablemente la de un cambio climático natural y paulatino.

Promesas y problemas de los plásticos


Elemento indispensable en la vida moderna y con frecuencia denigrado con poco conocimiento de causa por algunos grupos de presión, los plásticos son presencia permanente hoy en día.

Los materiales plásticos tienen una amplia gama de propiedades distintivas: son maleables y flexibles, pudiendo ser moldeados, presionados, soplados o extruidos para adoptar prácticamente cualquier forma. No todos los plásticos son artificiales o creados por el hombre, los hay naturales como la goma laca, el asfalto, la celulosa, el caucho y savia o resina de diversas plantas.

El primer plástico hecho por el hombre fue la parkesina, creada en 1861 por el inventor británico Alexander Parkes, que mostró que podía usarse para producir medallones, tubos, peines, mangos de cuchillos, incrustaciones, tapas de libros, cajas, plumas y otros muchos productos. La parkesina podía hacerse dura o suave, transparente u opaca y de colores variados, además de ser impermeable. Pero su producto era de baja calidad y no prosperó.

El estadounidense John Wesley Hyatt desarrolló en 1872 una forma de producir este material, bajo el nombre de celuloide, con buena calidad. Pronto apareció en todo tipo de productos: plumas fuente, peines y peinetas, todas las aplicaciones que había soñado Parkes y muchas más, incluidos muñecos de juguete y figurillas para la decoración, piezas dentales, bolas de billar, cuellos y puños de camisa, y una utilización que ha mantenido el nombre del producto en la cultura popular: durante mucho tiempo fue el sustrato, la película, sobre el cual se aplicaba la emulsión para las producciones cinematográficas. “Celuloide” y “cine” siguen siendo sinónimos aunque dede 1951 el acetato sustituyó al celuloide.

El celuloide llevó a las clases trabajadoras productos antes reservados a las clases altas. Pero tenía problemas. El calor lo reblandecía, lo que hacía problemáticas prácticas como beber té con dentaduras postizas de celuloide. Con el tiempo, tendía a amarillarse y resquebrajarse. Pero su principal defecto era que se incendiaba con gran facilidad. Las salas de proyección de los cines tenían que ser a prueba de incendios, el transporte mismo de las películas podía ser peligroso y, más grave aún, con el tiempo la nitrocelulosa se descomponía liberando ácido nítrico que convertía las películas en un líquido espeso. Muchas obras de la cinematografía se perdieron así.

Los plásticos se dividen en dos categorías: los termoplásticos, que se reblandecen y funden con el calor antes de quemarse, y los termofijos, que mantienen la forma cuando se les somete a calor, incluso cuando se queman. Los plásticos son polímeros, es decir, están formados por largas cadenas formadas por unidades moleclulares (o monómeros) que se repiten. Así, por ejemplo, un monómero de estireno es la base del polímero llamado, precisamente, poliestireno. La gran mayoría de los plásticos están formados por polímeros de carbono e hidrógeno, y ocasionalmente con oxígeno, nitrógeno, cloro o azufre, aunque algunos utilizan silicio en lugar del carbono, los que se conocen como siliconas.

El primer polímero totalmente artificial fue la baquelita, creada en 1909 por Leo Hendrik Baekeland, de origen belga. A él le siguió una verdadera catarata de nuevos materiales que no ha cesado. Después de la Primera Guerra Mundial se desarrollaron el poliestireno y el cloruro de polivinilo, o PVC por sus siglas en inglés, que sigue siendo uno de los plásticos más presentes en nuestra vida. El poliestireno fue uno de los primeros plásticos usados en forma de espuma, el aún popular icopor. En 1939, en la Feria Mundial de Nueva York, se presentó la primera fibra artificial, una poliamida, conocida por su nombre comercial de nylon, que dio a todas las mujeres la posibilidad de disfrutar lo que antes sólo tenían las más opulentas que podían pagarse costosas medias de seda. El nylon se empleó igualmente para fabricar paracaídas en la Segunda Guerra Mundial.

Siguieron otras poliamidas y los poliésteres, así como utilizaciones novedosas de los anteriores. El nylon aparece cada vez más frecuentemente en rodamientos, bujes, engranajes y piezas mecánicas, gracias a su gran resistencia al calor y al desgaste. Los copolímeros, largas moléculas compuestas por dos monómeros, sirvieron para crear caucho artificial, el primero de los cuales fue el neopreno, todavía utilizado en trajes para diversos deportes acuáticos. Se produjeron también polietilenos en distintas formas.

En el período de la postguerra, llegaron al público el polipropileno, similar al polietileno pero más resistente y de costo igualmente bajo, el poliuretano, utilizado hoy en colchones, relleno de muebles y aislamiento térmico, y las resinas epóxicas, un adhesivo que hoy se emplea tanto para el bricolaje como para la fabricación de aviones y naves espaciales, y en la fabricación de productos basados en estructuras de fibra de carbono, que van desde raquetas de tenis hasta cuerpos de automóviles y aviones.

El estallido posterior de los plásticos es evidente mirando a nuestro alrededor. Bebidas en botellas de poliuretano tereftalato (PET), materiales plásticos antiadherentes en nuestros utensilios de cocina, envases de polietileno herméticos en nuestra nevera, metacrilatos transparentes, kevlar en cascos para distintos deportes y en chalecos antibalas. Un mundo de plásticos.

Las ventajas del plástico son también algunos de sus problemas. Su durabilidad, por ejemplo, y su lenta degradación para reciclarse en el medio ha creado un grave problema de desechos, sobre todo porque la mayoría de los plásticos, al quemarse, liberan emanaciones que pueden ser de moderadamente tóxicas a altamente peligrosas. Por ello se han desarrollado sistemas de reciclado de los plásticos, con el problema de que la selección de los desperdicios sigue teniendo que hacerse a mano pues no se ha podido automatizar.

Otro problema es la emisión de algunas sustancias tóxicas descubierta en algunos plásticos como el PVC suave, que han provocado el cambio en los aditivos que se utilizan para ellos, y, en algunos casos, la producción de contaminantes como parte del proceso de fabricación de algunos plásticos. El riesgo real, sin embargo, es difícil de valorar, pues los fabricantes tienden a minimizarlo y algunos grupos de presión política llegan a pintar un panorama excesivamente pesimista sin contar con datos sólidos


Cambiar el problema


Algunos enfoques no tienen por objeto el reciclado o degradación adecuada de los plásticos existentes, sino que buscan la creación de plásticos totalmente nuevos que tengan la degradación o capacidad de reciclaje como parte de su diseño. Aunque ya existen algunos productos concretos, siguen careciendo de una de las principales características del plástico: su bajo costo.